Mediante una hábil variante táctica de la estrategiaprevista, nuestra escuadra se lanzó a la carga sorprendiendo al rival desprevenido. Fue un ataque demoledor. Cuando las huestes locales invadieron el territorio enemigo, nuestro ariete abrió una brecha en el flanco más vulnerable de la muralla defensiva y se infiltró hacia la zona de peligro. El artillero recibió el proyectil, con una diestra maniobra se colocó en posición de tiro, preparó el remate y culminó la ofensiva disparando el cañonazo que aniquiló al cancerbero. Entonces el vencido guardián, custodio del bastión que parecía inexpugnable, cayó de rodillas con la cara entre las manos, mientras el verdugo que lo había fusilado alzaba los brazos ante la multitud que lo ovacionaba.
El enemigo no se batió en retirada, pero sus embestidas no conseguían sembrar el pánicoen las trincheras locales y se estrellaban una y otra vez contra nuestra bien acorazada retaguardia. Sus hombres disparaban con la pólvora mojada, reducidos a la impotencia de la gallardía de nuestros gladiadores, que se batían como leones. Y entonces, desesperados ante la rendición inevitable, los rivales echaron mano al arsenal de la violencia, ensangrentando el campo de juego como si se tratara de un campo de batalla. Cuando dos de los nuestros quedaron fuera de combate, el público exigió en vano el máximo castigo, pero impunemente continuaron las atrocidades propias de un enfrentamiento bélico e indignas de las reglas caballerescas del noble deporte del balompié.
Por fin, cuando el árbitro sordo y ciego dio por concluida la contienda, una merecida silbatina despidió a la escuadra vencida. Y entonces el pueblo victorioso invadió el reducto y paseó en andas a los once héroes de esta época victoria, esta hazaña, esta epopeya que tanta sangre, sudor y lágrimas nos ha costado. Y nuestro capitán, envuelto en la enseña patria que nunca más será mancillada por la derrota, levantó el trofeo y besó la gran copa de plata, ¡Era el beso de la gloria!
Según Lakoff y Johnson (1998: 39), nuestro sistema conceptual es central en la definición de las realidades cotidianas, así "nuestros conceptos estructuran lo que percibimos, cómo nos movemos en el mundo, la manera en que nos relacionamos con las personas". La base del pensamiento de estos autores es que todos los procesos del pensamiento humano se definen a través de un sistema conceptual metafórico y al ser definido de esta manera, las metáforas son posibles como expresiones lingüísticas, de lo contrario, la comunicación no sería posible.
En relación con la metáfora que nos ocupa: "el fútbol es una guerra", tenemos que decir que si podemos conceptualizar el fútbol como una batalla o un combate; esto influye en la forma que adopta el fútbol y cómo hablamos acerca de lo que se hace al practicarlo. El fútbol generalmente sigue una pauta o algunas reglas, es decir, en él "hay ciertas cosas que hacemos y no hacemos característicamente" (Lakoff y Johnson) Al ser sistemático, también el lenguaje lo es.
En Metáforas de la vida cotidiana, nos presentan tres tipos de sistemas metafóricos claramente definidos: metáforas orientacionales, metáforas ontológicas y metáforas estructurales.
Las metáforas orientacionales son las que organizan un sistema global de conceptos con relación a otros. La mayoría tiene que ver con las orientación espacial: arriba-abajo, dentro-fuera, delante-detrás, profundo-superficial, central-periférico, cerca-lejos. La estructura de nuestros conceptos espaciales surge de nuestra experiencia espacial constante, es decir, nuestra interaccióncon el mundo físico.
En Metáforas de la vida cotidiana nos dicen que nuestro sistema conceptual está fundamentado en la experiencia cultural, o sea, "sería más correcto decir que toda experiencia es cultural hasta los tuétanos, que experimentamos nuestro mundo de tal manera que nuestra culturaya está presente en la experiencia misma"
Las metáforas estructurales se fundamentan en correlaciones sistemáticas dentro de nuestra experiencia. Examinemos cómo podría fundamentarse la metáfora EL FÚTBOL ES UNA GUERRA. Esta metáfora nos permite conceptualizar lo que es un juego/deporte en términos de algo que entendemos de manera inmediata, a saber, la lucha física.
A principios del siglo XXI, el lenguaje periodístico del fútbol se presenta como una ocasión para un juego de fantasía para hacer vivir, sentir y soñar. Como un ámbito generador de expresiones para otras áreas informativas, la publicidad o el mundo empresarial. Como una vivencia especial donde las energías de la cancha, del estadio y de la calle se refuerzan y entrecruzan hasta crear formas de arte y cultura originales con toda la variedad propia de los diferentes países de América y Europa.
Era totalmente necesario realizar este marco conceptual antes de describir cada una de las cualidades físicas, con su debida importancia y desarrollo. También tratare de indicar desde mi labor los medios útiles y aplicables dentro de la concepción individual del entrenamiento.